El castro de Amir

Esta novela de ficción contemporánea surgió como una extensión de aquellos personajes nacidos en las montañas de León y que fueron creando todo el entramado de Adil. En cambio, los nuevos actores tuvieron la fortuna, o no, de ir mucho más allá, traspasando la barrera del tiempo y del espacio, encontrándose, a veces, con unas civilizaciones inmersas en unos cambios de regímenes que arrastraban a su paso toda la estabilidad social que creían inmutable. Y son más las mujeres que ocupan sus páginas porque quizás sean más importantes sus espacios y sus vivencias, tanto en Berenguela como en su nieta, Hipatia. Se encuadran en unos valores personales que van encaminados a igualar y defender los derechos de la mujer en cualquier época, así como los valores de la propia persona. Ellas tienen sus propias herramientas, pudiendo utilizar tanto las armas físicas de acero, como la falcata, o un armamento más sofisticado y sutil, su belleza, el amor, la fe, la cultura, la sabiduría, o las propias entregadas por la naturaleza o por los dioses. Y todo ello, envuelto entre las 75.000 palabras que consta esta novela, irá creando un pozo de vivencias reales que concluirán como concluye la propia vida.