Pongamos que hablo de Madrid IV

Madrid nunca es la misma, aunque la miremos cada día desde el mismo balcón. A veces se despierta con alma de barrio y otras con ansias de metrópoli; unas noches se viste de neón y bullicio, y otras se recoge en la calma de sus plazas dormidas. En esa ciudad que cambia con cada mirada, se esconden miles de historias diminutas: gestos, encuentros, silencios, recuerdos.

Esta antología captura la esencia efímera de Madrid, sus luces y sus heridas, su ironía y su ternura. Son instantes atrapados en palabras, escenas que revelan la vida que late bajo el ruido de los coches, tras las ventanas iluminadas, en los pasos de quienes caminan sin saber que forman parte de algo más grande.

Descubre estas páginas en las que cada fragmento relata esa sinfonía urbana donde lo cotidiano se vuelve poesía, donde lo fugaz adquiere peso, y donde, incluso en la soledad del último metro o en el bullicio de un domingo en El Rastro, Madrid se reconoce: cambiante, intensa, inagotable.