Ciudadanía, filosofía y política en el Estado de derecho

En el contexto político en el que vivimos de preponderancia del dogmatismo, de dominación del positivismo metodológico en las ciencias sociales, la mentira está cristalizando como una suerte de costumbre en el arte de gobernar. Esta situación está posibilitando la consecución, por parte de la función ejecutiva del poder del Estado, de una corrosión del Estado de Derecho, del debilitamiento de nuestros principios y valores, consolidados en nuestro sistema de gobierno democrático, dedicado a conseguir la promoción de la igualdad, la libertad, la justicia, la fraternidad, la familia; en definitiva, nuestra civilización.

Basta con observar los últimos acontecimientos sucedidos en política en España en la que, entre otras cuestiones, queda la política y el Estado al arbitrio de grupos que toman partida, sin pudor, en contra de la misma esencia de la política y del Estado español, para poder afirmar que nos encontramos ante una disociación entre la ciudadanía, la filosofía y la política. Esta separación repercute en la sociedad como una deflación del pensamiento crítico y de la acción política de la ciudadanía y, consecuentemente, de esta manera, en el Estado de Derecho, haciéndose visible, a través de la forma política, en el sistema de gobierno con el que se organiza una sociedad.

Con la finalidad de revertir esta situación, dialogando con los grandes pensadores ilustrados desde Sócrates, Platón, Aristóteles, hasta Maquiavelo, Kant, Spinoza, M. Foucault, L. Strauss, H. Arendt, V. Hayek, N. Bobbio, J. Maritain, P. Manent, se expone la necesidad de crear un círculo virtuoso que una la ciudadanía a la filosofía y a la política en el que, junto a una propuesta de evolución del principio de separación de poderes, se instruya a la ciudadanía a ejercer el pensamiento crítico, a reflexionar y pensar lo que hacemos mediante la acción política.