Cuatro poemas

Déjese llevar por el color sin preocuparse de las sombras que perfilan los objetos. Olvídese de la estructura armónica que sustenta esa melodía que le aprieta el corazón hasta la lágrima. Vuelva a amar, no ya lo sencillo, si no lo simple, lo que no tiene doblez, lo inmediato y superficial. Huya con lo que más le guste.
Si la biología no comprende qué es la vida, si las matemáticas no son una ciencia, si no un lenguaje, por qué no intentar la poesía al margen de las ideas. Lo que el hombre compuso, que no se oculte, que se dé a conocer, que se muestre con la mejor de las intenciones. 
Con cosas tan accesibles como la foto de un tucán, un equívoco, un limón, y un trastorno anímico no diagnosticado, se compusieron estos versos inútilmente ambiciosos que hoy ponemos a su alcance. Nada contienen, nada expresan, no espere encontrar nada en ellos, aunque quizá lo encuentre.