Ideas perversas

Este libro se escribió hace más de diez años en forma de blog. Todo empezó como un trabajo obligatorio de una asignatura de la carrera, pero pronto se me fue de las manos, como casi todo.
Ahora lo leo y me doy cuenta de que, al igual que la bruja Mon, que convertía la piedra en árbol y el árbol en piedra, después de dar mil vueltas, todo sigue más o menos igual. Porque este libro no va de anécdotas concretas. Va de entender el día a día de una mujer sola: sus preocupaciones, los absurdos de su existencia que acaban dando risa, los sueños que todavía no se han alcanzado y esa manera de actuar basada en la inquietante aceptación de que no hay un plan B.
Hoy los detalles del entorno son diferentes, pero a grandes rasgos, todo sigue igual,
quizá porque la vida es un bucle
y los sueños,
sueños son.