La desdichada vida de Juana de Castilla

Durante un viaje a Tordesillas, el autor descubre en el interior de una iglesia abandonada, de forma casual, un manuscrito del siglo XVI, supuestamente escrito por María de Ulloa, amiga de la infancia de la infanta Juana de Castilla, conocida posteriormente como Juana la Loca, en la que describe la vida de ésta, desde su nacimiento hasta que regresa a Castilla para convertirse en reina.

A su muerte, continuará la redacción del manuscrito su tío, Alonso de Fonseca, que posteriormente se convertirá en Arzobispo de Toledo.

Intrigado por saber si Juana de Castilla estaba realmente loca, mantendrá una larga conversación con un antiguo amigo de la infancia, Antonio Rosales, que es un afamado psiquiatra, quien le confirmará que Juana padecía una esquizofrenia paranoide.

Posteriormente, a través de unos monjes que reclaman el manuscrito, el autor descubrirá que no estaba escrito por las personas que figuran en su redacción ni pertenece al siglo XVI.