República, siempre República

En 1999, tras la solitaria muerte de su padre, Suso se refugia en casa de su abuela en el pequeño pueblo extremeño del que es oriundo. En su intento de indagar el pasado del pro-genitor, encuentra una valija perdida en el desván de la casa familiar, en cuyo interior se halla el diario del viaje a Francia de su padre en 1969. Un viaje del que nunca había sabido nada.
A medida que avanza en la lectura del diario, a caballo entre Extremadura y Madrid, don-de prepara oposiciones, Suso va descubriendo las peripecias de su padre en Francia, adónde viaja en pos de un amor imposible, y donde el destino le brinda la otra cara de la moneda en forma de un amor posible y real. Entretanto, trabaja de forma precaria y toma contacto con personajes del exilio republicano, incluído el presidente del gobierno, D. Fernando Valera. Estas vivencias hacen que en él brote la semilla de la lucha por la libertad y del republicanis-mo.
Suso va poco a poco conociendo los pormenores del viaje de su padre, a la vez que averi-gua el secreto más guardado en la familia: la feroz represión de aquéllos que habían creído en la libertad y en la democracia y que encontraron en su frente la crueldad que siempre exhibe el fascismo al barrer a sus enemigos. Y también sufre Suso en su propia vida los sabores y sinsabores del amor, aprende la necesidad de tomar decisiones y ser consecuentes con ellas, y ve nacer y consolidarse, en su razón y en su corazón, el mismo espíritu que alimentó a su padre treinta años atrás y que se resume en el lema: República, siempre República.