Lucía

El protagonista inicial de _LUCÍA_ es el joven Pedro, hijo de un pescador y patrón de pesca de Santa Lucía, Cartagena, con casa y barco propios, el _Virgen del Mar II_, casado con Catalina. 

Al comienzo del relato, Pedro se encuentra en el primer trimestre del 5º curso de Bachillerato cuando sufre un terrible shock por un accidente en el patio de su colegio, que deja tetrapléjico a su mejor amigo. A partir de ese momento, su cerebro se niega a aceptar enseñanza alguna y su padre decide que debe dejar los estudios y empezar a trabajar «en lo que sea» para asegurarse algo para su futuro.   

Comprobado que la mar y la pesca son incompatibles con su hijo, no encuentra más salida que meterlo como administrativo en la empresa Peñarroya, Sociedad Minero Metalúrgica (S.M.M.P.)  de capital francés que se ha hecho cargo de la mayoría de las explotaciones de la Sierra Minera de La Unión, aunque por su edad solo puede entrar como «Mensajero cualificado».   

Por su amplio conocimiento de cada una de las galerías de prospección minera, logra el salvamento de unos mineros atrapados por un desprendimiento, al tiempo que se percibe del mal funcionamiento de aquel todo entramado. Esta noticia llega al conocimiento del director general, Mr. Jean Pierre Léonard Montceau, que toma cartas en el asunto, reorganiza la empresa y consigue una milagrosa recuperación.

Pasado un tiempo, Pedro contrae matrimonio con la única novia de su vida, Viri, hija del ingeniero químico Ángel Terreros Campos y de Lydia Fernández Huix. Siguiendo las leyes de la naturaleza, Viri trae al mundo una preciosa criatura que es bautizada con el nombre de Lucía, momento en que el autor considera que es el adecuado para que Pedro le entregue el testigo su hija y que continúe el relato de la saga.

Pasados los años y las dudas de Lucía por no decidirse por «marinos» o «aviadores», al final se casa con un recién ascendido a capitán del Ejército del Aire llamado Alberto Ruiz Palazón, que al poco tiempo es destinado a la Academia Básica del Aire en León. Como todo en esta vida se rige por casualidades, allí Lucía conoce a la novia de jovencísimo capitán, recién ascendido y que fue alumno de Alberto, llamada Lourdes Lecômte Zabala que, a pesar de su juventud, ha conseguido abrirse camino en la Alta Costura, con la que Lucía se asocia.

Por otra de las múltiples casualidades de la vida, en un viaje a Sabadell que ambas emprenden para reponer existencias, entran en contacto con un comerciante francés que había acudido a una convención con los mismos fines. Lo curioso es que se trataba de Jean Baptiste Léonard Bouvier, sobrino de aquel Jean Pierre Léonard Montceau.

Cuando su sobrino lo pone al corriente del descubrimiento de aquella «su familia española» que creía perdida, Jean Pierre se convertirá en el protector de Lucía de por vida.