Secuestrando a Ralph

Ocho septuagenarios viven de okupas en una casa de campo cometiendo pequeñas fechorías para subsistir. En una España no muy lejana en el tiempo, en la que el nuevo gobierno solo se preocupa por engrandecer el espíritu español más rancio con iniciativas de lo más grotescas, nada importan las pensiones de los jubilados, que han llegado a ser auténticamente miserables. Los ocho se las ingenian para sobrevivir dignamente robando bicicletas y falsificando mermelada casera. Un mal día, en una de sus incursiones delictivas, se ven envueltos en un secuestro involuntario, lo que provocará que deban ejercer de detectives improvisados y lidiar con verdaderos profesionales del crimen organizado para desentrañar un turbio asunto farmacéutico.

Mientras arriesgan sus pellejos improvisando con las mafias, con actuaciones tan valientes como esperpénticas, sus vidas transcurren con la normalidad que se espera de ocho ancianos okupas: Silvia se enamora de su rehén, Domingo y Mercedes se casan tras décadas de amor silenciado, Álvaro tiene que lidiar con una recién adquirida peculiaridad de su carácter que le hace llorar hasta con los anuncios de coches, y Paco se adjudica una nueva misión confidencial, «el asunto seis dedos», que intenta descubrir si Ralph, el hombre que han secuestrado, podría ser en realidad el hijo secreto de uno de ellos.